Es difícil determinar si se trata de algo
creado por el hombre o por la naturaleza. Es una mezcla de ambas cosas.
Durante 100 años, miles de mineros oradaron las tierras de este pequeño barrio de Trapagaran
buscando el codiciado hierro. Una vez agotado el mineral, las venas
quedaron abandonadas y la naturaleza pasó a ocuparlas, generando una
sucesión de espectaculares lagos. En uno de sus extremos, se ha
construido un campo de golf.
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